Inicio 1ª División Yo, mi, me, conmigo

Yo, mi, me, conmigo

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neymarExisten dos posturas. La de consentir a un jugador sus rabietas cuando es sustituido porque eso demuestra su gen ganador y sus ganas de jugar. Y luego está Neymar. El brasileño volvió a protagonizar su enésimo desplante al banquillo tras ser sustituido ante el Sevilla. Con gesto al más puro estilo italiano, traducido como “che dici?, algo así como “¿qué me estás contando?”. A lo que le siguió el aplauso irónico a Luis Enrique y el lanzamiento de bota-media, algo que se ha convertido en deporte olímpico en los banquillos.

Vale que es el tercer jugador más sustituido de la plantilla. Vale que costó ciento y muchos millones de euros. Pero el 11 azulgrana vino de un equipo donde a los otros 10 jugadores solo los conocían sus parientes más cercanos. Esto es el Barcelona, donde el brasileño tiene que competir con Messi (sobran los adjetivos), Suárez (otro aficionado al lanzamiento de bota) o Pedro (campeón del mundo y gran culpable del sextete del Barça en el año 2009 y al que el Barça dará la patada este verano si nada cambia).

Un jugador de la talla de Neymar no puede permitirse este tipo de chiquillerías. Luis Enrique apuntó a “chuminadas”. No sabemos si se refería al comportamiento de su jugador o al hecho de que los periodistas apuntaran una evidencia que se ha convertido en costumbre en el banquillo de Lucho. La MSN ha conectado a las mil maravillas en su primera temporada. Pero la lucha de egos es algo con lo que el técnico asturiano debe lidiar. Messi es intocable, con o sin el pie hinchado, y esa es una cláusula que deben aceptar todos los que aterricen en Barcelona, se llamen Suárez o Neymar.

Llega el tramo decisivo de la temporada. Con un Madrid que ha recortado distancias en Liga y con la visita a París en dos días. El Barça tiene y debe dejarse de chuminadas y remar en la misma dirección, lo contrario serán las dudas y un yoismo que no beneficia a nadie.