Inicio Opinión Antonio Oliver Real Jaén-Cádiz, cuña de la misma madera

Real Jaén-Cádiz, cuña de la misma madera

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imagesLa Segunda B es un saco enorme donde mal viven y respiran con dificultad algunos equipos que, por razones teóricas y por la improductiva norma de la tradición, estarían llamados a jugar en otros espacios del fútbol nacional. Sin embargo este deporte, a veces tan sensiblero y tan dado a los espasmos emocionales, tiene el corazón de cemento armado y los mantiene bajo el yugo de esta categoría soterrada y agobiante de “fútbol nada”.

Real Jaén y Cádiz son dos ejemplos de sociedades convocadas a otras empresas. El Cádiz, por ciudad y por afición, a codearse con los equipos de Primera. El Real Jaén, como mínimo, a circular con ciertas garantías por Segunda A. No es posible. Ambos equipos van a medirse el domingo en La Victoria militando en las catacumbas. Realidad incontestable.

Los gaditanos con la cara lavada y el corazón empapado de optimismo. Viven un tiempo nuevo, como el final de una larga travesía. Así lo ha planteado Manolo Vizcaíno, el flamante presidente de la entidad. Este presidente llega con un grueso bagaje acumulado en el equipo de José María del Nido. El Sevilla del marketing, la imagen y la venta, de hasta el aire que se respiraba si eso beneficiaba al equipo, lleva la firma de este hombre. Conociendo a Vizcaíno, esa batalla, el Cádiz la tiene ganada. Luego, como el exconsejero sevillista diría, todo depende de que “el nueve meta goles”. Sea como fuere El Cádiz llega cargado de energía positiva y decidido a luchar solo por un objetivo, ser primero de grupo. Incómodo visitante.

Partido complicado para el Real Jaén. No hay peor cuña que la de la misma madera y el rival del domingo lleva a medio Real Jaén de la temporada pasada. Así es el fútbol. Los de Aybar están todavía aterrizando y las sensaciones son contradictorias. Tras el triunfo de la campaña de socios queda el reto de ilusionar a los que no se fueron. La palabra es comunicar. Los que juegan, transmitiendo razones para creer en ellos y el Consejo  de Administración ofreciendo argumentos de normalidad, serenidad y trasparencia que sirvan para acercar a la gente y no para espantarla. Los jienenses deben ganar para no empezar con dinámicas malditas y los gaditanos para demostrar que nada es como antes. Uno de los dos saldrá herido, eso es lo malo. Lo bueno es que, de momento, nada es definitivo. No hay lugar a dramas, solo será un aviso.

El partido es de Segunda B pero, como el fútbol vive de sueños, cuando vean a los jugadores sobre el campo piensen que es otra categoría, que es otro tiempo y que el balón puede llevar, al que se deje, a tocar el cielo con la mano, sin que le pinten falta ni ver tarjeta. Todo es posible.