Opinión | Pedro Expósito.- Es escandaloso. Se mire por donde se mire el caso Raúl Coronado es cuanto menos eso. Un escándalo con tintes macabros. Es la privación a un niño de hacer lo que más le gusta hacer, jugar al fútbol.
Vale que el Linares Deportivo no haya actuado de, tal vez, la mejor manera posible. Siempre el pez grande se come al chico, no vamos ahora a rebatir a Darwin ni al El origen de las especies, simplemente en esta sociedad hay normas de actuación y tal vez la entidad azulilla no siguió unas pautas correctas para llevar a cabo el fichaje de Raúl Coronado. Hasta ahí todo entendible.
No es excusa para que el Raúl no pueda jugar. Ni tan siquiera para que el CD Almidas ejerza su derecho a no darle la carta de libertad. Recordemos que no estamos hablando de un hombre sino de un niño. Hace poco en el fútbol provincial vivimos algo parecido con un técnico de Segunda Andaluza al que no se le dio la carta de libertad para poder fichar por un equipo de Tercera División. La vida continuó y el entrenador sigue ejerciendo su pasión al contrario que Raúl Coronado.
El fútbol en categorías base no debe entenderse como esto. Desde los padres a los formadores – no digo entrenadores porque los considero más educadores que entrenadores – se debe inculcar una cultura de compañerismo, unos valores de amistad y solidaridad que se deben hacer extensibles a los que mandan.
Señor presidente del CD Almidas, supongo que usted o tiene hijos o algún niño en su familia que puede atravesar por esto. No es ninguna broma, y en caso de serlo es de muy mal gusto. No vea usted una mala maniobra del Linares Deportivo en un momento clave – si es que eso existe en un equipo cadete – de la temporada. Vea usted a un niño que no puede jugar defendiendo los colores de su pueblo por pura cabezonería. Es simple.
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