Opinión | Pedro Expósito.- Todo son parabienes a día de hoy para un jugador que lo ha pasado realmente mal esta temporada. Las tornas cambian, a veces renunciar a lo que más te has aferrado en la vida funciona y, desde luego, el mundo del fútbol no es una excepción. Os hablo de Portillo, un jugador que en el Real Betis está saboreando aquellas mieles que tan lejos le quedaban este verano cuando, tras ser comparado con Isco, dejó de contar hasta para viajar con el equipo en pretemporada.
A petición expresa de Pepe Mel, que importante es eso, llegó Francisco Portillo a Sevilla. Abandonando su casa, su barrio y sus colores para enfundarse los de un rival que, sin despertar tantos recelos en Málaga como el Sevilla FC, no es muy del agrado de los malaguistas por su condición de sevillano.
No fue fácil. Sus palabras denotaban una tristeza especial. Algo que pocas veces se había visto en el rostro de un chaval que maduró en un vestuario donde el arte y la alegría eran trend topic en cada entrenamiento.
Creciendo a la estela de jugadores como Santi Cazorla, Joaquín o Isco el paleño destacó en el Málaga al que le arrebataron el sueño de la Champions. Un equipo, dirigido por Pellegrini, que practicó un fútbol excelso donde la calidad de Portillo siempre tenía un hueco.
Defenestrado con Schuster la pasada campaña Portillo pasó de ser la promesa hecha realidad, el jugador más valorado del plantel, a un hombre que no conseguía hacer un hueco ya no en el once sino que el mediapunta no entraba ni tan siquiera en las convocatorias.
Puesto en venta, vendido y rechazado este último el marcharse Portillo paso uno de los peores veranos de su corta vida como futbolista. Sin pretemporada, sin minutos y sin contar para Javi Gracia por el abundante abanico de opciones para su posición el paleño tomó una decisión, marcharse del equipo de su vida.
Apenas cuatro o cinco partidos disputados con el Betis ya es uno de los jugadores preferidos por la afición. Con confianza, el 22 bético está destapando el tarro de las esencias gracias a la enorme calidad que atesoran sus botas y lo vistoso de su juego donde está destacando la bella factura de sus asistencias de gol.
Con sentimientos enfrentados Portillo, cedido por el Málaga en Sevilla, afrontará este verano una situación muy curiosa. Y es que de ascender con el Betis este estaría obligado a ejecutar una opción de compra que trunca los deseos del joven de regresar a casa. Difícil papeleta. Hasta entonces disfruten del juego del paleño.
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