Inicio Opinión José Ramón Torres Nunca se olvida ganar

Nunca se olvida ganar

Compartir

nadalLas leyendas, estén en activo o no, tienen además de palmarés, admiración y prestigio, el crédito ilimitado para hacer lo que les venga en gana.Se lo han ganado durante años.Los campeones lo son porque ganan y han ganado muchas veces, más que nadie o tanto como el que más.Han paralizado a parte de un país delante del televisor haciéndoles sufrir en la derrota y disfrutar en la victoria.

Campeones hay muchos y en muchos deportes.Campeones con carisma quizás menos. Cada uno tendrá el suyo, pero muchos tienen como estereotipo de campeón con letras mayúsculas a Rafa Nadal. El tenista mallorquín ha teñido altibajos en su carrera, de semanas, meses, pero nunca, hasta ahora,  su sequía de títulos y su bajón tenístico había sido tan prolongado.

Nadal, en apenas dos años, ha pasado de poder ganar a cualquiera a perder con muchos incluso en su terreno favorito, la tierra batida. Derrotas contra tenistas apenas conocidos, adolescentes casi algunos. Y lo peor de todo, dejando sensaciones que nunca había dejado antes. Perdido en su juego, peleando contra él mismo y convenciendo a todos los aficionados de que la cuesta abajo de su carrera era evidente.

Nadal siempre se ha caracterizado por resurgir de sus cenizas.Pero nunca había estado tan al borde del abismo y sin visos de poder abandonarlo. “¿Nadal? Está acabado”, se lleva escuchando desde hace tiempo en cualquier “corrillo”. Un argumento alimentado por la excesiva mala racha de juego y resultados del balear.

Durante ocho años ganar en Montecarlo era una rutina para Nadal, casi un inicio de preparación para luego ganar el verdadero objetivo, Roland Garros.En realidad los tres torneos de tierra previos al torneo parisino eran un calentamiento.Y Nadal los ha ganado de forma aplastante y rutinaria. Ahora, ganar un Master 1000 incluso en tierra suena a gloria.

El futuro aún no está escrito pero la leyenda se forjó en el pasado. No hay nada más que demostrar, ya no debería haber presión, sólo la que el jugador se imponga para seguir ganando, algo que, como hemos visto, no se olvida