Los precedentes no eran nada buenos, el Liverpool y mucho menos Anfield no era un buen síntoma para los blancos. Siempre que alguno de esos dos factores aparecía en el camino del Madrid significaba problemas… hasta ahora. El Real Madrid se ventiló al Liverpool en la primera parte y pudo dedicar la segunda a pensar en el clásico que se avecina.
Ambos equipos tenían artillería de la cual presumir, los locales con la rapidez de Sterling y la clase de Gerrard y los visitantes con Cristiano, Benzema o James entre otros. Solo era cuestión de saber que cañones estaban mejor armados y preparados para la batalla. La labor de la defensa madridista fue clave para contener el potencial del Liverpool, Arbeloa fue la sombra de Sterling y el tapón de Alberto Moreno por la banda. Pepe, salvo algún pequeño despiste y Varane hicieron de cerrojo y libraron a Casillas de tener que emplearse a fondo.
Isco volvió a deslumbrar y a demostrar que no ser titular es un pecado en estos momentos que atraviesa el malagueño, jugó la pelota a su antojo y movió a sus compañeros allá donde quiso. Secundado por otros dos maestros del balón, Modric y Kroos que dominaron el centro del campo durante todo el partido. Los ingredientes eran perfectos para vivir un partido de fútbol exquisito y así se vio. El encargado de inaugurar el marcador no podía ser otro que Cristiano, asociación perfecta de James con asistencia de lujo por encima de la defensa para que el portugués rematara al primer toque y no dejase tiempo de reacción para Mignolet. Primer gol de Cristiano en Anfield y ya suma 70 en la Champions League a solo uno de Raúl González (71).
Los blancos fueron un auténtico rodillo frente a un Liverpool desconcertado y con sus esperanzas puestas en la pareja Gerrard – Sterling. No había rival que pudiese parar el juego de los hombres de Ancelotti y a la media hora de partido llegaría el segundo gol, obra de Benzema. Kroos hizo medio gol poniendo un centro medido a la cabeza del francés que solo tuvo que orientar la trayectoria del balón para ampliar la ventaja. El propio Benzema sería quien marcara el gol de la sentencia antes de llegar al descanso, aprovechó el tumulto generado en el córner para meter el pie y hacer el definitivo 0-3 en el marcador.
En el inicio de la segunda mitad se vio a un Liverpool con ganas de poner en un aprieto al Madrid pero con el paso de los minutos se fue disolviendo el peligro en el área de Casillas. El Madrid lo siguió intentando pero con dos marchas menos en la velocidad, la mente y las fuerzas ya estaban puestas a cargar para el partido del sábado. Cristiano gozó de la ocasión más clara de esta segunda parte pero la falló inexplicablemente. También tienen estas cosas los genios, meten las difíciles y las fáciles se quedan para el resto de los mortales.
Partidazo del Real Madrid que hace historia en Anfield y que provocó más de una ovación a sus jugadores y ya puede centrarse al 100% en el clásico del próximo sábado frente al FC. Barcelona.
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