El Barça madrugó y solventó en Valencia. Los de Luis Enrique lograron los tres puntos ante el Levante aun con las legañas en los ojos. Y es que los catalanes cuajaron un encuentro simple, sin florituras y por la vía rápida.
Iniesta tuvo la primera con un disparo a la media vuelta que rozó la escuadra. Messi marcó a los pocos segundos, pero el asistente, erróneamente, levantó la bandera indicando el fuera de juego del argentino. La MSN apenas apareció en los 90 minutos, pero un chispazo de cualquiera de los tres podía desencadenar el acabose en el Ciudad de Valencia.
Fue David Navarro quien mojó primero, aunque el capitán levantinista lo hizo en su propia portería. Jordi Alba apuró la línea de fondo para filtrar un pase al corazón del área que el defensa desvió con la cadera para condenar a los suyos.
El Barça activó el punto muerto durante el resto del partido. Tampoco necesitó más. El líder parecía conformarse con el 0-1, pero el colista intentó luchó por el empate colgando balones a la espalda de la zaga culé, con Lerma, Morales y Rossi como sus mayores activos. El italiano lo intentó al comienzo de la segunda mitad, pero Bravo anuló el poco peligro que llegó a su portería.
Ya en el ecuador de la segunda parte fue Morales quien pudo poner las tablas en el marcador. Pero el extremo del Levante mandó el balón al palo cuando solo tenía al meta chileno como último escollo. El reloj corría y los de Rubi adelantaron sus líneas e intentar así dar el susto a un líder intratable (28 partidos sin conocer la derrota, igualando el registro de Pep Guardiola).
Fue Luis Suarez quien llevó la tranquilidad en el descuento en un mano a mano que el killer uruguayo no perdonó. Diez victorias consecutivas para un Barça que no brilló pero que quema una etapa más en su lucha por el título de Liga.
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