Inicio 1ª División Las paradojas y sorpresas de una Liga no-bicéfala

Las paradojas y sorpresas de una Liga no-bicéfala

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neymarFrancisco Javier López Frías

Doctorando en filosofía moral en la Universidad de Valencia

Especialista en ética y filosofía del deporte

En un curso futbolístico que, con los fichajes de Gareth Bale y Neymar, se presumía como una batalla entre dos grandes titanes del fútbol español: Real Madrid y F.C. Barcelona, se ha colado un inesperado, y muy agradable, invitado: el aguerrido Atlético de Madrid. Con ello, el final de Liga no sólo ha tomado un verdadero carácter dramático y extremadamente apasionante, que echábamos en falta, sino también paradójico.

Las eternas rivalidades y choques de “culturas futbolísticas” (la colchonera, la merengue, y la culé) que parecían irreconciliables en nuestro fútbol han tomado otro color y recibido un interesante vuelco. Por ejemplo, el aficionado merengue, que siempre vio en toda derrota culé un motivo de celebración, suspira a día de hoy porque el Barcelona no pierda puntos y llegue con opciones de título a esa última jornada de Liga en que tiene que enfrentarse al actual líder de la clasificación: el Atlético de Madrid. Sólo un Barcelona con opciones de título, jugando al 100%, podría, curiosamente, dar el título de Liga al Real Madrid. Este aficionado, paradójicamente, es el mismo que, unos meses atrás (cuando el Real Madrid estaba a 8 puntos de los líderes), animaba al club colchonero porque lo veía como la única opción de que el Barcelona no se llevara el título de Liga por segundo año consecutivo.

En una situación así, los principios y lealtades futbolísticas están completamente en suspenso y a merced del cálculo estratégico que cada aficionado realiza en su cabeza soñando con la victoria final de su club o, también, con la no victoria de su eterno rival. Esto nos conduce a la segunda paradoja dentro de este complicado entramado de lealtades y cálculos estratégicos. Supongamos que el Barcelona llegara sin opción alguna de título al último partido de Liga, pero que, sin embargo, su victoria (o empate) frente al Atlético de Madrid le diera la Liga a su máximo rival: el Real Madrid. ¿Qué haría el club que se autodenomina como el equipo señor, el club “del valors”, o, lo que es más, como “mes que un club”? El aficionado culé lo tiene claro (al igual que lo tendría el aficionado merengue si estuviera en su situación): impedir que el máximo rival se haga con el título. No obstante, qué hay de aquellos que encarnan los valores del club, ¿qué harían? ¿Se dejarían perder para que su máximo rival no se alce con el doblete español? ¿Ensuciaría su reputación y la del club? ¿O tratarían de predicar con sus valores de competición y amor al fútbol de los que tanto se enorgullecen?

Estas son las curiosidades y giros inesperados de una Liga que, por fin, no fue bicéfala. En sólo unas semanas sabremos el desarrollo de estos acontecimientos y la disolución de las paradojas. Tirando de tópico, esperemos, como buenos aficionados al fútbol, que independientemente de quien salga vencedor, el fútbol resulte, a la postre, el verdadero beneficiado.