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La Roma de Spalletti

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roma veronaPaco Mariscal.- En el fútbol, como en la vida, cuando hay que despedirse, más vale hacerlo con criterio y señorío que dejando un áurea negativa tras de ti. La vida da muchas vueltas y el destino de Luciano Spalletti le ha llevado de nuevo a casa, a Roma, 7 años más tarde de su marcha. El entrenador italiano vuelve al Olímpico en una situación muy diferente a su primera etapa.

El club romanista ha prescindido de Rudi García por los resultados y por la falta de confianza de muchos pesos pesados del vestuario en el técnico francés. Bien es cierto que Rudi ha conseguido plantarle cara a la intratable Juventus, con dos subcampeonatos y, sobre todo, al arriesgar su filosofía de juego ofensivo y vertical, dentro de ese 4-3-3, tan característico que le dio el doblete con su Lille y le permitió coger un billete hacia Italia en su día.

Spalletti  tiene la presión de cambiar la dinámica de resultados, que es lo que se pide de inmediato, pero el reto personal es mayúsculo: cambiar la filosofía de juego tan antagónica con respecto a su predecesor.

Se encuentra con una plantilla confeccionada por el anterior técnico, hecha a la imagen y semejanza del futbol que proponía, mucho extremo, mucha gente rápida y vertical, medios con capacidad más de conducción que asociativa, defensas poco contundentes, etc.

Coger una nave en marcha  de este tipo en enero siempre es un hándicap añadido, aunque también tiene sus ventajas, y es que al menos en este mercado invernal Luciano ha podido retocar el equipo con las llegadas de El Shaarawy, Perotti y Zukanović.

Con el beneplácito de la directiva y la afición de su lado, Spalletti ha empezado a trabajar en darle forma a su Roma y, en menos de un mes, se han podido ver los cambios producidos en el equipo, tanto de esquema como de juego.

romaEl equipo ha dejado de tener esas transiciones rápidas y búsqueda constante de los costados, no se busca atacar tanto los espacios sino generarlos. Con el cambio de sistema, el equipo se ha hecho mucho más corto, ya que Spalletti prefiere jugar en menos metros y mantener así la defensa más protegida, con el equipo más junto, ante posibles pérdidas de balón en zonas peligrosas.

Por otro lado, con respecto al once inicial, Spalletti ha variado su 4-2-3-1 de su primera etapa romanista, a un 3-4-2-1, aunque, principalmente condicionado, por la plantilla con la que se encuentra.

Bajo palos, Szczesny es indiscutible, no por meritos, sino porque las opciones son De Sanctis y Lobont. En defensa, la nueva línea de tres zagueros la forman Rudiger/Manolas, Zukanović y Daniele De Rossi. El capitán romanista vuelve a retrasar su posición ante la carencia de un central con capacidad para la salida limpia de balón que plantea Spalletti. Daniele es más útil abajo que en el mediocampo, aunque el problema ahora son sus continuas lesiones.

En el carril derecho,  el técnico ha rescatado a Maicon, que es un especialista para este sistema de juego, aunque sus prestaciones no son las de antaño. Aún así y libre de muchas obligaciones defensivas, el lateral brasileño le puede ser útil al equipo, siempre y cuando mida sus incorporaciones para crear superioridad en mediocampo.

En la izquierda, cuando el equipo tiene la posesión del esférico se posiciona El Shaarawy, que partiendo desde ahí y con libertad para pisar el área, ya ha demostrado su capacidad goleadora, además de que el italiano ha entrado con el pie derecho en el equipo. Sin embargo y  cuando el equipo romanista está sin balón en transición defensiva, el conjunto capitalino cambia a un 4-3-3, desplazándose Zukanović al lateral izquierdo.

roma 2En el medular, Keita ha asomado tras su ostracismo esta temporada y está jugando como medio posicional siendo el stopper del equipo, sin perder el buen toque en corto. El maliense es el más capacitado para combinar en el juego en estático que pretende su técnico. A su lado, Pjanic, es el eslabón que conecta con los atacantes. Es cierto que el bosnio no termina de rendir con regularidad, por lo que Spalletti lo probo de mediapunta, pero ahí no participa del juego tanto como debiera, el necesita ver el futbol más de cara. Por esa razón, Pjanic tiene que dar un paso al frente y comandar la sala de máquinas romanista, ya que tener un director de juego es vital para las aspiraciones italianas.

La mediapunta es para dos interiores. Florenzi, que ha abandonado la banda para ofrecer alternativas al juego interior y poder ser más participativo, con la llegada de Perotti, el belga Nainggolan ha sido desplazado y, sin él, el equipo pierde dinamismo y presión alta en la salida de balón contraria. Pero, Luciano, pidió a Perotti y le ha ofrecido dejar el extremo para ser más determinante en el medio. El argentino es el faro en continuo ofrecimiento para sus compañeros,  generando espacios y buscando continuas rupturas.

En la punta el principal damnificado con el cambio de sistema es Dzeko y es que los balones ya no llegan por los costados, tanto como lo hacían antes, ni tampoco se busca hacer el campo más largo y ganar metros con un balón largo hacia el bosnio. Por este motivo, el que viene jugando de falso 9 es Salah –como en su día lo fue Totti–. El egipcio se adapta mejor a este estilo de juego, ya que tiene capacidad para definir y moverse, tanto dentro como fuera del área, cayendo a banda, como para bajar unos metros a recibir y ser partícipe del juego colectivo.

De momento, Spalletti ha encadenado tres victorias seguidas con la Roma, lo que le permite seguir trabajando con mayor tranquilidad. Los resultados son, indiscutiblemente, los que dictan sentencia, pero el técnico italiano decidió, en su día, que el estilo lo es todo y en la Roma le va a costar tiempo implantarlo.

Al igual que su homólogo en la capital española, la eliminatoria de Champions medirá el nivel competitivo de esta Roma. La afición no olvida y sabe que Luciano fue el que, precisamente, eliminó a todo un Real Madrid en Europa, pero también recuerda el 1-7 con el que le castigo el Manchester, el día en el que el hoy, nuevo manager romanista, empezó a cavar su tumba en la capital de Rómulo y Remo.

Mucho por hacer, pero más fácil si es en casa: Benvenuto Spalletti.