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La ambición de Thiago

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thiago alcantaraNo creía que el asunto de Thiago Alcántara se enrocaría y amenazara con desembocar en su salida de la forma en que se está produciendo. El Europeo de Israel ha infundado al genial medio azulgrana de poderosos argumentos futbolísticos (los que todos sabíamos que poseía) que algunos aficionados, periodistas y entendidos de esto (¿?) parecían haber olvidado tras su secundario rol esta temporada en su club. Tras salir de nuevo campeón de Europa y MVP del torneo, a Thiago su fútbol y su ambición le incitan a querer más. Quiere ir a Brasil. Quiere ser uno más de la campeona del mundo.

Pero para ello ha de jugar con más asiduidad de lo que lo ha hecho este año. Obvio. No obstante, el hispano-brasileño cohabita en el centro del campo más caro y elitista del globo futbolístico. Él lo sabe. Por eso pocas palabras de su boca habrán oído ustedes que denotaran malestar y reivindicación. Sólo su padre, el mítico Mazinho, ha dejado caer en más de una ocasión que si su hijo jugase en cualquier otro equipo, lo haría domingo tras domingo. He aquí el eje en el que gira todo el embrollo. Como ahora se apresura a recordar todo dirigente de la entidad al que se aborda sobre el asunto Thiago, los exitosos y pacientes ejemplos de Xavi e Iniesta han de servirle al 11 blaugrana de modelos para continuar su legado en Can Barça. El barcelonismo de Thiago está fuera de toda duda, sin embargo, la irrupción de dos pretendientes como Manchester United y Baryern Munich lo cambia todo.

Es una tesitura difícil de abordar para el medio español. Su evolución futbolística desde que forma parte del primer equipo es visible y notoria. Hoy Thiago es mejor jugador que hace dos años. Aún con defectos que pulir (¿quién no?), pero mucho mejor futbolista en todos los aspectos. Ateniéndonos a la lógica de sus escasos 22 años, a corto-medio plazo sería el dueño de la medular azulgrana, jugando presumiblemente con Messi, Neymar y los cracks que lleguen en el futuro. Tentador panorama. Ahora bien, ambicioso como pocos, él se siente preparado para ser ese referente desde este próximo agosto. No lo será en el Barça todavía a buen seguro, pero podría serlo en  Manchester, donde sí que lo veo titular y dando que hablar. El reto de liderar el mejor Barça de la historia siendo canterano es lo que ha guidado los designios de Thiago desde que asomó la cabeza en el primer equipo. Pero su ambición parece quedarse sin paciencia, empujándole hacia otros retos mayúsculos e inmediatos.

No habrá que reprocharle nada al chico si decide marcharse, todo lo contrario que al club, que a buen seguro el verano que viene se gastará una millonada en fichar un centrocampista por este imperdonable desliz. Viene Sergi Roberto ofreciendo un perfil delicioso para el futuro de la medular, pero no es exactamente la posición de Thiago. Él es el heredero de Xavi, nadie más. Ahora hay que esperar a ver el camino que decide emprender. El camino que le marque su ambición por comerse el mundo.