Inicio Opinión Dani Paredes Juventus 1-3 FC Barcelona: Reyes de todo

Juventus 1-3 FC Barcelona: Reyes de todo

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1433430397_531633_1433623551_noticia_normalColdplay daba comienzo a la final. Un cielo lleno de estrellas, un campo en el que se juntó una constelación de futbolistas que ha vuelto a escribir una página de oro en el futbol. Un Barça de otra galaxia que empezó a brillar a los tres minutos. Los que tardó un croata con acento andaluz en agarrar la primera oreja de la quinta. Neymar caracoleó, Iniesta sirvió y Rakitic la empujó para llevar el delirio a la grada del Olímpico de Berlín.

Buffon evitó a los pocos minutos lo que pudo ser el segundo y casi definitivo zarpazo culé: Alves disparó dentro del área, pero el mito italiano siguió agrandando su leyenda con una reacción felina.

Messi, protagonista en Londres y Roma estuvo apagado en la primera mitad, encimado por un Vidal que no dejó maniobrar al 10. Tuvo una, en la que volvió a gambetear, a ser Messi, y a dejar jugadores besando el césped, pero el argentino se hartó de pelota.

La Juventus esperaba agazapada, dejando el control del balón a los azulgrana. Control sin definición, ya que los italianos privaron del contragolpe a los de Luis Enrique. Un par de acercamientos del campeón de la Serie A que murieron en los guantes de Ter Stegen fue lo más destacado de los blanquinegros en la primera mitad. El Barça perdonó y lo pagó en la reanudación.

Morata, no podía ser otro, fue el que puso el empate en Berlín: Un disparo de Tévez se encontró con Ter Stegen, el rechace del alemán cayó en las botas del ex del Madrid, que empujó el balón a puerta vacía.

El Barça se durmió y la Juve empezó a carburar, devolviéndole la bofetada a los culés y arrinconándolos en su campo. Pogba entró en acción, y cada centro juventino era sinónimo de peligro en la portería azulgrana. Las pulsaciones y la tensión aumentaban. La Juve pudo poner el segundo si Çakir hubiera señalado un agarrón de Alves dentro del área. El turco hizo oídos sordos a las protestas de los italianos como también lo hizo en la primera parte con una mano clara de Lichtsteiner.

Seguían protestando los italianos cuando Messi se puso manos a la obra. Driblando, circulando y disparando. Buffon atajó, pero el balón cayó blando en las botas de Suárez, que la reventó dentro del área pequeña. Un gol que valía la quinta, pero que no cegó a los italianos, que fantasearon con el empate en varias ocasiones. Neymar pudo poner el de la tranquilidad, pero el brasileño se ayudó con la mano para marcar de cabeza. El quinto árbitro lo vio y Çakir lo anuló. La Juve iba a matar o a morir, hasta Buffon se unió a sus compañeros cuando la final moría. No dio la campanada, no hubo moratazo, Neymar mató en el descuento, en el 96. Ya se entonaba el «campeones», y el Barça lo volvió a hacer con Luis Enrique. Triplete por segunda vez en su historia, un hito que nadie ha logrado, una Copa de Europa que es la cuarta en los últimos diez años y la quinta en su historia. Un Barça que sigue agrandando su leyenda.