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Julen y la «Bola de Villar»

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julen lopeteguiJulen Lopetegui es el nuevo técnico de España. Joven entrenador, futbolista y sobradamente preparado. Ilusión y equilibrio. Cocinero antes que fraile, conoce el mapa de su casa y a quienes la habitan. No va a tocar de oido. Seguramente soñó con esto y sabe que lo que hoy es un sueño cumplido, si las cosas no van, será una pesadilla. Lo da por bueno. Abraza serenamente feliz el reto y se prepara para la comparación permanente. Año cero para Julen.

La voz general ha ido por un lado y el carril de los hechos, a cencerro tapado, fue por otro camino: alejado, silencioso y ajeno a las voces externas. Nada de lo dicho ha servido para acercarnos a la solución final. Cábalas, palabras, afirmaciones rotundas, bolas de cristal…al final todo estaba en la “Bola de Villar”. Un mundo insondable. Parece mentira que quienes presumen de conocer al señor Villar hayan errando tanto. La presión era el recurso más estéril, el único «no camino». De libro.

Paradójicamente el menos nombrado, el más alejado de los focos, resulta elegido. El silencio oportuno siempre es una virtud, también en el fútbol.  Si alguien asesoró a Caparrós -con capacidad sobrada para el cargo- le asesoró muy mal. Le hizo tomar el camino contrario, el único que no llevaba a Las Rozas. El fútbol, demasiadas veces, es una torre de Babel, un espacio donde se confunden las lenguas, las noticias y los rumores. 

Ahora, superado el momento de las especulaciones y de las noticias de aproximación; conocido el Seleccionador, sería deseable que no se abran cismas apriorísticos. Dejemos que las cosas tomen su curso. Eso es lo deseable y espero que Lopetegui sea cuestionado por sus resultados y no por haber sido elegido en lugar de otros candidatos. Que no le hagan cargar con la mochila de errores que no ha cometido. Él sería, en este caso, el sujeto paciente. Injusto.  Julen ni se postuló ni se nombró ni descartó a nadie.  No soy muy optimista en ese sentido. Temo a la España cainita. Sin embargo habría que hacer un esfuerzo para que lo razonable sea lo que condicione, reste o sume. Estaría bien que por España, término que llena la boca de muchos, se reme en la misma dirección. Luego vendrá el fútbol, sin duda, y pondrá a cada uno en su sitio. La pelota tiene el corazón de cuero y carece de alma. No necesita el asesoramiento de lazarillos interesados. No interfieran. Tiempo al fútbol.