Javier Imbroda.-
“No lo toleraremos”. Manifestación contundente del presidente del Barça, tras la decisión del Juez de celebrar juicio contra su anterior presidente, el actual y al Barça por el caso Neymar, y su presunto fraude a Hacienda. Se quejaba amargamente el actual presidente Bartomeu, por la celeridad que la Justicia había empleado en este caso. Algo así, como si aparecieran los fantasmas de siempre, referentes a esas conspiraciones maquiavélicas sobre un club que periódicamente saca a pasear su victimismo en cuanto surge algo que va en contra de sus intereses. Parece que no se pueden equivocar. Son inmunes al error. Siempre es el enemigo exterior, cuando la respuesta está en el interior. Además, resulta curioso que nos pasemos la vida demandando a la Justicia celeridad en la resolución de casos que habitualmente se eternizan. Sin embargo, en este caso, se quejan de esa agilidad judicial, y no lo entiendo. Cuando uno se sabe inocente, quiere celeridad y terminar cuanto antes, que se clarifique hasta el más mínimo detalle. Cuando no, que se eternice, y el proceso se meta en un laberinto judicial que al final nadie entiende. Cuestión de conciencias.
– Carlos Sainz, Jr. El joven piloto español debutó en el siempre difícil mundo de la Fórmula 1. Y debutó con nota. Un piloto que debe llevar la gasolina por sus venas. Su padre, campeón del mundo de Rallies, ha sido por cuestiones naturales, un modelo de inspiración. Ahora sus 20 años, un joven que acelerará su desarrollo personal por motivos de máxima exigencia a la que estará sometido. A partir de ahora, se le abre un universo de posibilidades y de exigencias que van a ser miradas con lupa. Cada gesto, cada palabra, cada carrera, una presión que deben soportar unos hombros que todavía están sin formar. Y de nuevo, su padre. La persona que servirá de apoyo en ese tan complejo mundo de la alta competición. Un apoyo clave para que el joven Sainz, Jr. no pierda el rumbo iniciado con tantas expectativas de éxito.
– Roberto Merhi. El otro joven piloto español que debutará en ese mundo de la Fórmula 1. Llegó sin tanto ruido mediático, y con una declaración de intenciones al comunicar que “no tiene padrino”. Llega fuerte y descarado. Ojalá sepa canalizar su motivación en superarse a sí mismo, aunque tenga en el retrovisor a un Sainz, Jr. que ya empieza a despuntar. Esa disputa, será otro motivo de superación. Apunten esto, no estamos muy lejos de que la afición en función de cuestiones varias, se decante por un piloto o por otro. La rivalidad está servida.
– Nombres propios futbolísticos. Messi en acción. Pasadas las disputas con su entrenador (no hay nada como unos cuantos buenos resultados para olvidarse), se centra en darnos su mejor versión futbolística. Y cuando se centra en ello, sale el Messi inalcanzable, ese que parece de playstation. La otra cara es el galés del Madrid, Bale, cuestionado por su afición. Un jugador llamado a marcar diferencias de cara al gol, lleva un montón de partidos sin ver puerta. Si además es insolidario en el esfuerzo defensivo, su actitud genera malestar. No estoy acertado, pero me parto el alma. No es el caso. O mete gol, o puede estar jugando sus últimos partidos en un club que no entiende de baches.
– Víctor Claver. Por fin, el jugador español errante de la NBA, se vistió de jugador de baloncesto, debutando en la liga rusa. Recuperar sensaciones perdidas sobre una cancha, serán sus objetivos, además de ayudar a su equipo en estos pocos meses que quedan para que termine esta temporada. Espero que lo veamos por nuestra liga la próxima temporada.
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