Isco pagó la factura. No haber jugado con asiduidad le colocó entre las piezas que se podían mover. Esto no obedecia a una intención de Ancelotti ni a un pensamiento del jugador. Simplemente era, porque se hablaba, se escribía e iva de boca en boca. Hay cosas que se sueñan, se expresan verbalizando el sueño y, si es verano, crean realidad. Luego a finales de agosto todo se evapora y…si lo dije no me acuerdo. Esta vez Ancelotti lo ha desmontado antes y sugiere que Isco podría ser su nueve mentiroso. No. Isco no se moverá del Real Madrid, el malagueño seguirá peleando con sus armas y su munición de fútbol.
Cualquier día en cualquier partido, hará eso que consagra a los jugadores con alma y se acabarán las cábalas. Está destinado a ello. Mientras eso llega. deberá administrar con inteligencia sus minutos de campo y sus tiempos de banquillo. Estar en el banquillo es jugar a otras cosas y de otra manera. Eso también cuenta. Si este joven futbolista aprovecha todos sus tiempos y obtiene enseñanzas en todas las ubicaciones, emergerá ese grandísimo futbolista que vive, entre el calor y el frio. Un boquerón afincado y feliz en Madrid.