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Historia que tú hiciste, historia por hacer…

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Foto: RTVE.es
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…porque nadie resiste tus ganas de vencer. A pesar de ponerse por delante en el marcador, los blancos tuvieron que remontar para alzarse con su tercera Supercopa de Europa ante un Sevilla que la dejaba escapar por tercera vez consecutiva. Tras un principal dominio tanto del partido como del resultado, el Madrid apeló al escudo para tumbar a un sometedor Sevilla, que por algunos momentos controló la situación tal y como quiere el técnico recién llegado a Nervión. Pese a todo, primero Ramos y Carvajal después, como si del Madrid de las épicas remontadas de los 80 se tratara, dieron la victoria a su equipo en un ejercicio de fe, casta y madridismo. El Madrid nunca se rinde.

Durante el primer cuarto de hora, la superioridad blanca en el centro del campo generó que los de Zidane merodearan sin aparente peligro los dominios de Sergio Rico. Sin embargo, tras unos momentos en los que parecía que el Sevilla ya se había asentado sobre el campo, Asensio disipaba las dudas con un zurdazo teledirigido desde 30 metros a la escuadra derecha de la portería sevillista.

Luego, con el retroceso de unos 10 metros de las líneas madridistas, el Sevilla se estiró hasta que, a la media hora de partido, por medio de un lejano disparo, Carriço ocasionara la primera llegada con peligro del Sevilla, despejada por Casilla hacia un costado y, a falta de cinco minutos para el descanso, la izquierda de Franco Vázquez pusiera las tablas en el marcador en un balón muerto cuyo origen estuvo en un cambio de juego a la banda derecha, donde se encontraba Vietto para ponerla al borde del área.  Intentaría reaccionar el Madrid antes de irse a los vestuarios con un pase en profundidad de Carvajal a Lucas Vázquez, que desborda a Kolo y ejecuta el pase de la muerte hacia Isco para que rematara de cabeza a las manos de Rico.

La reanudación recordó al inicio del encuentro, con el Real Madrid buscando la espalda a los laterales por medio de Asensio y Lucas Vázquez, quien junto con Isco, lo intentaba desde fuera. Entre el dominio del balón del Sevilla, protagonizando un monólogo de posesión sin apenas poner en apuros reales a Casilla, si bien Sergio Ramos cometería una imprudencia al caer en el engaño del dribling de Vitolo para que Konoplyanka tradujera la pena máxima en el 2-1 cuando ya transcurría el minuto 71.

Pero, como decíamos, el Madrid volvió a ser fiel a sus principios de crecerse ante las adversidades y, si el temerario carácter de Ramos a veces le lleva a la precipitación, es también en lo que se impulsa para imponer su coraje y valentía con los que ha decidido cuatro finales, si sumamos a esta las dos de Champions y la del Mundial de Clubes. Lucas Vázquez apuñalaría de nuevo el costado izquierdo del Sevilla y pondría al zaguero andaluz un centro para que solo tuviera que empujarla de cabeza a puerta vacía, convirtiendo el minuto 93 en talismán del madridismo una vez más. Luego, ya en la prórroga, le anularían al camero otro gol aparentemente legal por una presunta falta sobre Rami antes del remate en plancha.

Una vez ya en una prórroga dominada por el Madrid de principio a fin ante un Sevilla con 10 por la expulsión de Kolo y sumado a la anterior entrada al campo de Modric, James supondría un peligro constante desde segunda línea para los de Sampaoli. El colombiano puso balones envenenados al área e incluso él mismo pudo haber cerrado la victoria madridista. Sin embargo, fue Carvajal el héroe inesperado de la noche al robar un balón y, conduciendo el mismo, se marcó un slalom para dejar atrás a tres sevillistas y con el exterior batió a Rico en el minuto 119, estableciendo así el definitivo 3-2 en el marcador.