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Épico Real Madrid

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CristianoDos partidos, dos derrotas; algo inadmisible en una liga como la española donde si tropiezas te pasa por encima todo el encierro. Barça y Sevilla han tirado a la basura las expectativas del Madrid en la competición doméstica y han herido de gravedad la confianza de la afición a su equipo, cosa entendible por otra parte.

En el momento clave de la temporada el Real Madrid aún no ha dado la talla, de pasar a tener casi sellada la liga a casi tener que olvidarla. Llámenme loco pero aún no hay nada perdido, es cierto que la situación es crítica y no se pueden perder más puntos tal y como dijo Xabi Alonso al término del partido frente al Sevilla. Quedan 8 jornadas por delante o lo que es lo mismo, 24 puntos demasiados para que un equipo como el Real Madrid experto en gestas y en no rendirse hasta el final, diga basta a estas alturas.
Rendirse ahora sería un suicidio que minaría la moral de un equipo que está en la final de copa y en cuartos de la  Champions. La temporada puede ser increíble si se sigue creyendo en este equipo y en este entrenador, ya habrá tiempo a final de temporada para culpar y despotricar de quien haga falta sino se consigue nada. No se puede ni se debería dudar de un entrenador que ni si quiera lleva una temporada completa dirigiendo a un grupo. Tampoco se debería dudar de un conjunto de jugadores que pertenecen a la élite de este deporte, y mucho menos dudar de un club como el Real Madrid.
Qué sería del Madrid si no supiese dar la vuelta a las cosas antes que cualquier otro equipo del mundo. Los blancos son expertos en ello y además a los madridistas les excita ganar apelando a la épica. El sabor es distinto y se disfruta el doble que si se gana sin esfuerzo. La historia de este club se ha forjado a base de sudor y trabajo.
Son momentos complicados que no permiten estar lloriqueando en el suelo buscando la atención de mamá. Es el momento de mirarse al espejo, saber quién eres y recordar por qué estás aquí. Como dirían los amantes del refranero; “hasta el rabo, todo es toro» y puede que el mejor sabor esté ahí.

Ni antes estaba todo ganado, ni ahora está todo perdido. No es momento de abandonar caballeros.