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Cidoncha: «La clave es conseguir que el futbolista te vea como un verdadero líder»

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entrevista cidonchaEntrevista: José María Cidoncha.

Esperamos a José María Cidoncha (Badajoz, 19/04/1970) en una tranquila cafetería de Jaén, ciudad donde actualmente reside con su mujer y sus dos hijos. Le vemos aparecer por la puerta sonriente, cargado de anécdotas y experiencias que contar. Quien fuera capitán del Real Jaén y baluarte de ese gran Linares que acarició la Segunda División, es ahora un entrenador dedicado a la formación de jóvenes futbolistas, pero sobre todo, tiene claro que su principal objetivo en el equipo de juveniles que dirige es «formar personas, gente sana».

Futbolista profesional desde 1986 hasta 2009, Cidoncha está curtido en 23 años de batallas que le han llevado por todas las categorías del fútbol nacional, desde que empezó en el filial del Atlético de Madrid, hasta llegar a la Primera División con el Real Valladolid. Después, anduvo por la Segunda y 2ªB en equipos como el Málaga, Almería, Real Jaén, Linares, Badajoz o Toledo, por citar algunos. Precisamente, fue con el Toledo con quien José María Cidoncha vivió una de sus experiencias más bonitas como futbolista, al eliminar al Real Madrid de la Copa del Rey (13/12/2000) y hacer uno de los goles de su equipo.

Ahora, y tras vivir una experiencia como Director Deportivo del Alavés en la que terminó «quemado del fútbol profesional», Cidoncha es un joven entrenador que transporta sus conocimientos al equipo juvenil de la Peña Deportiva Jienense. Se define como un amante de la disciplina aunque asegura que no cree en la figura del Sargento de Hierro, y explica que, en su opinión, la psicología es un aspecto fundamental para llevar las riendas de un grupo: «Creo en el diálogo, me preocupan las inquietudes del futbolista». Obseso de la táctica, pasional y amante de la posesión, Cidoncha confiesa a Palabra de Fútbol que su experiencia en la base y en la Peña Deportiva Jienense le ha devuelto la ilusión por volver al fútbol Sénior.

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¿Por qué llega el momento en que terminas quemado del fútbol profesional?
Es un cúmulo de circunstancias. En el final de mi carrera tuve muchas decepciones y problemas económicos, y luego marché a Vitoria  para ser el Director Deportivo del Alavés porque Javi Pereira, un entrenador de Badajoz, me propuso el proyecto y tenía la ilusión de probar esa nueva experiencia. Pero fue un año difícil, muy complicado, porque me fui allí sin mi familia, dejando a mi mujer y mis hijos. Fue una experiencia positiva pero muy dura porque cesaron al entrenador en el mes de febrero y yo, evidentemente, me fui con él porque soy una persona de principios y, si él me llevó, decidí que tenía que irme con él.

Es curioso, el fútbol base te ha devuelto la ilusión.
Sí, estaré eternamente agradecido a la Peña Deportiva Jienense por darme la oportunidad de empezar a entrenar a un grupo de infantiles. Como te he dicho, psicológicamente fue muy duro para mí todo lo vivido en mi última etapa ligado al fútbol profesional, pero volver a la base me devolvió la ilusión y la autoestima, porque los niños están en una etapa muy bonita y son muy agradecidos. Ahora vuelvo a tener ganas de hacer cosas, de seguir entrenando y probar suerte en un equipo Sénior.

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En el entrador que ahora eres, ¿Cuánto hay del futbolista que fuiste?
Sin duda, uno va acumulando experiencias y vivencias a lo largo de su vida. Soy una persona con inquietudes y siempre me ha gustado aprender de todo el mundo. Hice las prácticas de Nivel II con Anquela en el Real Jaén infantil y fue un año en el que aprendí muchísimo, pero después de 23 años como profesional, he intentado coger lo mejor y apartar lo peor.

¿Y qué clase de entrador eres?
Yo siempre digo lo mismo: con el balón disfrutamos, sin el balón nos sacrificamos. El reto es saber conjugar el rol ofensivo y el rol defensivo. Me gusta que mis equipos lleven la iniciativa en el juego y vayan a por el partido desde el primer momento, por eso, son muy importantes los entrenamientos. Como se entrena, se juega, así que me gusta la disciplina porque creo que los jugadores tienen que ver y entender que el camino que tú les muestras es el camino adecuado.

¿Mano de hierro o diálogo?
No creo en el Sargento de hierro. Es cierto que debe de haber un orden y una disciplina, pero también creo mucho en el factor psicológico. Hoy día la psicología es fundamental y a mí, en la base, me ha dado muy buenos frutos. Creo en el diálogo, me preocupan las inquietudes del futbolista, porque yo lo he sido y trato de que sean felices y estén comprometidos con el equipo».

El principal problema del entrenador es que los resultados imperan sobre el trabajo.
Pues sí, aunque en la base es diferente. Yo he intentado inculcar a los niños unos valores de respeto, educación y compañerismo. Antes de saber ganar, hay que saber perder. Es cierto que a todos nos gusta ganar y que es importante, pero hay otras cosas que deberían de estar por encima de los resultados.

¿Quién es tu referente en mundo de los banquillos?
Hay muchos, pero una persona que me marcó fue Anquela, por su manera de trabajar y por ser una persona que trabaja una barbaridad y que lo da todo. Soy un obseso del tema táctico y otro entrenador que me marcó en ese sentido fue Rafa Benítez, que aunque a mí personalmente no me fue bien con él en mi etapa del Valladolid, reconozco que es un gran entrenador. Ahí está su trayectoria. Y por supuesto, ¿A quién no le gustan entrenadores como Cruyff o Guardiola, que han cambiado el fútbol? Pero sinceramente, a nivel de carácter, me veo más reflejado en Cholo Simeone que en Vicente del Bosque, por ejemplo, porque soy una persona muy pasional que me gusta vivir mucho el partido y trato que mis equipos sean muy intensos, que trabajen, que corran. Pero me gusta la elegancia y la educación del seleccionador nacional o del propio Pellegrini.

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¿Se puede cambiar la mentalidad o la filosofía de un club?
No. Creo que uno debe de adaptarse a la filosofía del club. Esta experiencia la cogí en Vitoria, porque nosotros fuimos con la intención de querer cambiar, de llevar otro tipo de jugadores, pero el club tenía su idea y su filosofía y al final tuvimos problemas. Por eso, aunque tú lleves una idea futbolística, creo que uno debe de adaptarse a la filosofía de un club y a la plantilla que tengas. Y por supuesto, lo más importante es convencer al jugador de que tu propuesta es la acertada para llegar al éxito. La clave es conseguir que el futbolista te vea como un verdadero líder al que ha de seguir con los ojos cerrados. Creo que algo así ha pasado en el Atlético de Madrid con el Cholo Simeone.

¿Es complicado convencer a un futbolista?
Lo importante es saber motivar a la gente, especialmente en la base. Yo no concibo el fútbol sin que un niño o un jugador vaya a los entrenamientos ilusionado y con ganas de trabajar. Este año he tenido la suerte de tener un grupo de juveniles muy comprometido, que no han dudado en perderse partidos de Champions para venir a entrenar todos. Esto se agradece porque yo le dedico muchas horas a preparar partidos y entrenamientos, todo está planificado y estructurado, y no me gusta cambiarlo todo porque haya un partido de Champions en la tele. Hay que ser serios, los chavales lo han entendido y han visto que es por su beneficio.

Los resultados, ¿Son responsabilidad de los futbolistas o del entrenador?
El fútbol es de los jugadores, pero yo soy de los que asumen la responsabilidad. Los jugadores juegan y dependes de ellos, pero el entrenador tiene mucha culpa de lo que ese grupo haga. A mí no me gusta eso de ‘gano yo y pierden los jugadores’. Aquí ganamos todos y perdemos todos. Evidentemente, el primero que comete errores y que se tiene que mirar al espejo es el entrenador, y eso hay que asumirlo para bien y para mal. Además, todos tenemos derecho a equivocarnos. El entrenador tiene que ser una persona humilde, que moleste poco al jugador pero que sepa guiarle.

¿Qué puede aportar José María Cidoncha al fútbol provincial?
Sobre todo mi ilusión por hacer cosas, por eso he tomado la decisión de intentar entrenar la próxima temporada a un equipo Sénior. Creo que tengo capacidad para ello. Vengo formándome durante muchos años para no ser sólo el futbolista que quiere ser entrenador, sino ser alguien preparado y capacitado. Es como cuando empiezas de jugador: estás con mucha ilusión. Aunque, por supuesto, creo que mi experiencia como futbolista profesional también puede aportar cosas positivas.

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