El Granada CF se impuso en la XXXIV edición del Trofeo del Olivo por cero goles a uno frente al Real Jaén CF en el Estadio de La Victoria. El torneo supuso un espacio abierto a los laboratorios de ambos entrenadores que aprovecharon para probar cosas nuevas y dar minutos a aquellos que no están jugando mucho en las competiciones regulares.
Empezaba el choque con posesión repartida, juego de tanteo y exquisiteces tácticas. Avisaban los de Caparrós con un disparo de Ortuño que De la Calzada se encargaba de atajar, la batuta del partido la manejaban los de Aybar con Brian dando profundidad y con Molina acompañando a Quesada en la creación.
Presionaba el Real Jaén moviendo a la defensa granadina en espera de que apareciesen huecos a través de los que crear peligro. Lo que sucedió fue justo lo contrario. La defensa de los de primera, acostumbrada a las embestidas de equipos de mayor nivel, resistió sin fisuras y mientras tanto el Real Jaén asumía riesgos que acabaría pagando. Un balón llovido a espaldas de la defensa. Ortuño que se adelantaba a todos y se marchaba de De La Calzada. Y el Trofeo del Olivo que se marchaba rumbo a la Alhambra.
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