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El fútbol viene de camino

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isco2_convocados_seleccion_getty090813Goles son amores. Debajo de los goles hay dudas pero, también,  muchas certezas. Uno ve a la selección y piensa: de camino viene mucho fútbol.  Sin embargo las sensaciones son contradictorias. Por una parte sabemos que hay que renovar y dar un poco de tiempo y por otra el estómago se retuerce, todavía, por la bilis de Brasil. Esa es la razón por la que una goleada, de bulto, alegra pero no entusiasma. Tiempo quieren las cosas.

Hay que descartar el cambio de modelo y las revoluciones. A la selección en Brasil le faltó fuerza, no carácter. Esta nueva selección tiene mucha calidad y poco trabajo. Necesita partidos, liderazgos renovados y dejar  de  ser observada con recelo. Va  a seguir jugando a lo único que sabe, a lo único que puede. Seguirá jugado a tenerla, a tocarla y a buscar el espacio para que el pase y su aprovechamiento, parezca un juego de magia. El conejo y la chistera. Eso no se improvisa. Hay que jugar y jugar. Es necesario acoplar a los hombres y afinar los movimientos. Ajustarse como lo hacía la selección de Xavi no es tarea de poco tiempo, ese es el inconveniente.

La ventaja de la selección es que tiene jugadores, muy jóvenes, para reeditar la España de las maravillas. Personalmente soy optimista. Jugadores hay, tiempo también y en el banquillo sigue un entrenador, sereno, equilibrado y distante de los debates de consumo. Si el fútbol no se vuelve loco, cosa que no hay que descartar, España hará un gran papel en la Eurocopa. De todas formas este deporte no sabe vivir en un clima de calma y análisis racionales. Lo evidente aburre, lo sencillo molesta y lo normal no vende. Estamos obligados a ver un cambio alterado, farragoso y chirriante. Luego vendrán los buenos resultados y el tiempo de la amnesia. Todos acertamos con el pronóstico. Desesperante e inevitable.