Un gol de Busquets en la última jugada del encuentro le dio la victoria al F. C. Barcelona frente al Valencia en Mestalla. En un partido donde ambos dispusieron de grandes ocasiones y fueron los porteros, Alves y Bravo, quienes evitaron que el marcador se moviera antes. Un duelo intenso que acabó con los tres puntos para el conjunto de Luis Enrique.
Venía el Barça a Mestalla. En el papel, un partido de las más altas proporciones. Quinto contra tercero. Con un matiz, el Barcelona ya comenzaba a olvidar los fantasmas de las dos derrotas consecutivas en Liga, frente Celta y Real Madrid, con grandes actuaciones en los últimos encuentros. En la otra esquina del cuadrilátero, el nuevo Valencia, con pecho hinchado y mirada firme, sabiéndose de su buena temporada y de su fortaleza en su propio campo, recordaba en los dos últimos partidos sin ganar, derrota frente al Levante y empate contra el Athletic.
Luis Enrique plantaba a Busquets y Mascherano en la medular para realizar una presión alta y obtener un equilibrio en la transición defensiva necesaria para parar los eficaces contraataques ches. Funcionó en parte. Durante el primer tiempo, el Barcelona enclaustró el juego en la mitad del campo valencianista. Sin una gran brillantez en su juego estático, pero con gran estabilidad en el control del cuero. La tuvo muy pronto Luis Suárez, pero Alves, a tres metros, consiguió despejar el tiro a quemarropa del uruguayo. Por su parte, el Valencia trató de hacer daño con contras, pero cuando robaba, a Negredo y compañía los separaban demasiados metros de la portería de Bravo.
El primer tiempo murió con la, hasta ese momento, mejor ocasión del Valencia. André Gomes, que estuvo imperial durante todo el encuentro, dribló al portero culé pero no consiguió meter el cuero en las redes. Demasiado escorado.
A la vuelta de los vestuarios, el equipo de Nuno saltó al campo revolucionando el guión del primer tiempo. Le robó el control del balón al Barcelona y dibujó un partido de idas y venidas. En esas lides, ambos equipos tenían mucho que temer del otro. Una de las especialidades de los ches, Sí. Pero debían parar a jugadores tan peligrosos con espacios como Messi, Neymar o Suárez. Y ambos equipos creyeron tener el gol. El uruguayo dispuso de dos grandísimas ocasiones. En la primera, la echó fuera cuando Alves no estaba en la portería. En la segunda, fue el línea quien le quito un gol legal por fuera de juego. En la otra área, Piqué sacó bajo palos un tiro de Rodrigo y Bravo le ganó un uno contra uno a Feghouli.
Con el paso de los minutos, el Barcelona enfrió el acalorado arranque de los ches, y el fútbol control volvió a aterrizar en Mestalla. El partido se encaminó al final con un más que apostado empate a cero. Sin embargo, el Barcelona no perdió la ilusión y en los últimos minutos, en el segundo córner seguido de los culés, Neymar remataba. Y Alves, por cuarta vez ya, sacaba una mano prodigiosa, sin embargo, el cuero le cae a Sergio Busquets, quien fusila las mallas para colocar al Barcelona en el segundo puesto, siguiendo la estela del Real Madrid, y al Valencia, fuera de los puestos Champions, superado por el Sevilla.
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