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El Barça es de Woody Allen y el Real Madrid de Clint Eastwood

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efe carlo ancelottiLa esplendorosa etapa del FC Barcelona que comenzó con Rijkaard en el banquillo y que continuó con Pep Guardiola coincidió con el estreno de la película de Woody Allen “Vicky, Christina, Barcelona”. Parece ser que la realización del filme fue iniciativa de productores catalanes que vieron en tal circunstancia una vía para la promoción de la esplendorosa ciudad catalana. Quizá fuera casualidad, pero lo cierto  es que hay una cierta conexión entre el juego del Barça y el estilo cinematográfico del director neoyorquino. Éste acostumbra a diseñar películas corales donde no suele haber un único protagonista que acapare la acción, sino que el desarrollo de la trama pasa por la participación de varios personajes sobre los que gira la acción. Por otro lado, en sus mejores películas hay una visión de la realidad alejada del simplismo. Los problemas personales, de pareja, morales o de otro tipo son analizados de forma compleja, pausada y profunda, mientras que a la vez del desarrollo del guión avanza parsimoniosamente hasta su resolución final. Simétricamente, el juego del Barça ha sido un ejemplo de despliegue coral, de elaboración colectiva sutil y a la vez sistemática y letal.

Si ahora giráramos nuestra atención hacia el Real Madrid, podríamos preguntarnos a qué director de cine podría contratar para cuenta de una forma más o menos verosímil de su identidad como equipo estos últimos años. En principio podríamos acordar que el estilo de juego madridista buscaría más la efectividad que el preciosismo, la velocidad frente a elaboración, la épica frente a la comedia. Vistas así las cosas, pareciera que el director que mejor podría caracterizar el estilo del club blanco sería Clint Eastwood, en dos de su versiones, la primera representada por su saga de películas basadas en “Harry el Sucio” y la segunda que tendría en “Sin Perdón” como su película más representativas. En efecto, el Eastwood de Harry el Sucio podría ser referente para explicar la etapa de Mourinho pues éste sería el correlato del detective de actitudes chulescas, prepotentes y con métodos que en ocasiones rozaban con la ilegalidad, pues para aquél el fin justificaba los medios fueran cuales fueran éstos.

Sin embargo, ese período parece haber sido solo un paréntesis en la historia de la identidad blanca. Con el nuevo cliclo que tiene en Ancelotti como principal activo, podría decirse que el Madrid vuelve a sus esencias y se podría encontrar en la segunda etapa cinematográfica de Clint Eastwood la mejor expresión de sus valores y estilo. En efecto, si tomamos como ejemplo la oscarizada “Sin perdón”, observaremos allí a un protagonista ya viejo y exilado del mundo pero que acude a la llamada de socorro para restaurar la justicia perdida en un pequeño pueblo el Oeste estadounidense donde unas prostitutas están siendo vejadas por el cacique local. Con orgullo, casta y dignidad logra superar todos los obstáculos y redimirse frente a sí mismo. De forma análoga cuando parecía que el club blanco iba a quedar rezagado en un rincón de la historia del fútbol del siglo XX ante el aplastante dominio del club blaugrana en el inicio del siglo XXI y, cuando los aficionados habían perdido la ilusión y solo podían levemente levantar la cabeza recurriendo al orgullo de los éxitos del pasado, el equipo, con más fuerza que estilo, con más convicción que persuasión, con más sacrificio que oficio, parece haber vuelto al escenario y así reclamar el puesto que le corresponde en el concierto futbolístico nacional e internacional.

Tendremos que esperar unos años para ver si ambos clubes perseveran en sus respectivos estilos, la comedia y la épica, si intercambian sus estilos o si bien caen en el drama o en el terror (¿será ésta una de las razones del fichaje de Luis Suárez?), con lo que  entonces tendremos que buscar nuevos directores de referencia.